24 de enero de 2010

todo tú existías para mí. todo tú.
sé, que estás ahora a años nada de distancia, que me es mucho mayor (causa de cobardía).
pero te espero, y no espero nada de tí. pero te espero.
qué se hace? después de todo te pensaba en libertad. No eras cómplice de nada, pero pertenecías a todo, y quizás ése fué tu caer, te entregaste demasiado a un sólo punto.

me resultas en una completa y definida ignorancia. Toda yo te sabía, te conocía. No me importaba, no te esperaba, pero te sabía. Te sabía aún a distancia, aunque no quisieras. Podía saberte feliz o triste o enojado, como era común... hasta la madre de lo de siempre. Yo era yo y tú me diste ése lugar. no sé que esperas de ésto, no sé siquiera si estás en posición de esperar.

yo no sé que hubiera pasado si hubiera dicho lo que tenía que decir-te, que era tanto.. tanto, como tanto lo que me importabas, y lo tanto que pensaba tu nombre a diario aún sin darte una señal de seguir viva.
yo no sé si regresar está en tu camino, no sé siquiera si estás dentro de la posibilidad. pero esque tú...  
vives para mí, vives más que todos los recuerdos tuyos que tengo en la memoria, y te pido de regreso.. a qué? a quién? no se a qué ni a quién, pero te pido de regreso.
nunca me he considerado egoísta ni en condición de aferrante, pero hoy, hoy me aferro a tu imágen.

me cansé de pensarte y no ver, no ver nada. me cansé de saberme cobarde y pagar las consecuencias de ello. la cobardía es un sentimiento inhumano, siempre termina en soledad. y yo, hoy, no quiero estar sola.

(tú), quiero saberte vivo y que no sea por mí.

si regresas, te prometo, podrás decir: todo está como antes.