Hace poco escribí una serie de cartas que fueron entregadas, todas, con una canción incluida. Lo más seguro es que esa persona no lo sepa, quizás ni siquiera lo imagine, pero cada canción fue cuidadosamente seleccionada para crear un efecto "ni muy muy, ni tan tán" en cuestión de la típica declaración que solemos hacer entre líneas: a mí no me eres indiferente.
Hoy, sin embargo, para mí es un día de esos...
¿Por qué nos declaramos a nosotros mismos perdedores cuando el juego no ha terminado? Tengo 24 años, soy más joven de lo que creo, estoy parada en los escalones que, estoy segura, me llevarán a lo alto (aún cuando no sé qué tan larga es mi escalera, ni tampoco a qué altura estoy parada). El camino apenas comienza, no puedo derrotarme a mí misma, no hoy y no así. Pero, también, qué le hago? hoy es un día de esos...
Hoy, sin embargo, para mí es un día de esos...
¿Por qué nos declaramos a nosotros mismos perdedores cuando el juego no ha terminado? Tengo 24 años, soy más joven de lo que creo, estoy parada en los escalones que, estoy segura, me llevarán a lo alto (aún cuando no sé qué tan larga es mi escalera, ni tampoco a qué altura estoy parada). El camino apenas comienza, no puedo derrotarme a mí misma, no hoy y no así. Pero, también, qué le hago? hoy es un día de esos...
Hoy es un día de esos en que puedes perder la razón, y el corazón, pierdes la calma.