20 de septiembre de 2012

3 de septiembre de 2012

Explicaré cómo funciona mi vida.

Verás, el problema quizás sea que nunca tuviste la oportunidad de aterrizar al amor. Siempre ibas de un libro a otro, de aquí para allá idealizando el sentimiento, el arte, el gusto. El día que finalmente lo hiciste, lo hiciste mal. Quizás porque sonaba fácil intentarlo de nuevo, quizás porque sonaba fácil recuperar la dignidad.

En éste mundo es imposible negar la dualidad de las cosas. Todos nacimos con ambos lados de la moneda, el problema es cuando viene el extremo, la caída, la lucha entre los dos lados... el problema viene cuando uno de esos dos lados se deja vencer. Ahí fallaste.

Llevar las cosas de un solo lado es fácil pero conservar el equilibrio implica un esfuerzo y después de la humillación, bueno, uno ya no quiere gastar sus energías en recuperar el balance.

Soy una mujer cansada.

Después de tanto tiempo idealizando y sintiendo, la realidad siempre fija el curso de qué tan fuerte tenías el cimiento de lo que alguna vez construiste. Alguna vez leí un escrito de Philip K. Dick maravillosamente titulado "¿Cómo construir un universo que no se derrumbe dos días después?" y aunque la historia no me sacudía el corazón como lo hacía el título, la verdad es que yo también tenía la misma duda.

¿Cómo hacerlo? ¿Cómo dejar en claro un universo, un cosmos, un todo que no se destruya al momento siguiente?

Después entendí que la realidad es siempre el paso siguiente, el movimiento, el no parar. He aquí porqué nuestros universos están en constante cambio, en destrucción y construcción. Lo difícil viene cuando no estas dispuesto a soportar una caída mas… quizás es ahí donde entro yo.

Uno debe aprender a no aferrarse a la idea, a la persona, a la emoción, al sentimiento. Uno debe aprender a tener manos de mantequilla para dejarlo ir todo. La cuestión es que nunca se nos ha enseñado a ver las cosas así, siempre estamos en el constante aprendizaje de tomar todo lo que se pueda, de aquí y de allá. Pero, ¿qué podríamos hacer con tanto dentro de nuestras manos? Nada. Cuando a uno se le llenan las manos de cosas la verdad es que se vuelve casi un inútil.

Hoy suelto, hoy dejo libre todo lo que he poseído hasta este día. Dejo libre el amor, el enojo, la cobardía, la emoción, el asombro, el aburrimiento, te dejo libre también a ti, a él, a ella, a todos.

Hoy soy mujer libre, hoy me libero a mi misma.