6 de abril de 2018

No sé creer en la reencarnación pero cada vez que veo a los ojos de mis perros sé que los conozco de vidas atrás. Sus almas me recuerdan al amor que alguna vez tuve y que se adelantó. Veo en sus ojos la bondad de mis abuelas, la fuerza de mis abuelos y lo más curioso es que veo también un pedacito de mí que no recordaba que existía.